Rafael Jiménez

Una biografía clásica es la sucesión ordenada de la vida de un personaje, en las que normalmente se magnificaban los hechos de esa persona, porque las biografías se realizaban para los señores que eran representativos de su tiempo y entorno y las realizaban coetáneos de ellos, a los que conocían y normalmente dirigidas por el propio interesado.

Faltos de personajes de relevancia hemos derivado en hacer auto biografías y en formato telegrama, curriculum vitae para lograr interesar a algún contratador.

En el mundillo del famoseo, vemos autobiografías de cantantes, actores y personajillos de la farándula para aumentar su propio ego.

Yo no soy un personaje importante ni vivo de ese sub mundo que a mí me abruma y no creo que interesen a nadie mis logros sociales. Y en vez de un curriculum os haré alguna presentación para interesaros porque quiero vender libros. En realidad porque deseo dar a conocer mis pensamientos. Diré de mí que me he pasado la vida estudiando, soy un curioso irredento. Me interesa cualquier parcela del saber y del conocimiento de esos personajes inmortales, ellos sí que merecieron biografías. Esos faros del conocimiento humano, que hoy tenemos olvidados, y arrinconados porque nos avergüenzan con su abrumadora clarividencia y saber.

Ya digo en mi libro  ¿te he dicho hoy que te quiero? -que ya tenéis en Amazon- que soy “perito de todo e ingeniero de nada”, ello significa que no tengo un historial académico completo pues nunca acabé nada. Una vez obtenía el núcleo del saber de una materia me cambiaba a otra disciplina. Nunca me interesaron los títulos pues de ninguno hubiera vivido a gusto, que me hubiera encuadrado en una profesión. Mi única ambición ha sido el saber y mientras me lo procuraba he trabajado en cualquier cosa que me permitiera vivir normalmente y que me robara poco tiempo para mi auténtico afán que no era acumular riquezas sino conocimientos.

Dado que pretendo mantener mi identidad totalmente anónima –de hecho mi imagen será una rosa–, poco más diré de mí. Soy español, de ésta España que me duele porque no tiene remedio, crítico infatigable de los despropósitos de unos gobernantes que no saben dónde van, de uno u otro signo. Soy Cristiano, Católico, Apostólico y Romano pero soy liberal. Defensor a ultranza de los valores tradicionales y un libertino convicto y confeso. Amo a Dios pero adoro a las mujeres y la buena vida. Soy una pura contradicción como lo es la vida y el cosmos, mueren constantemente para renacer de nuevo. Nunca pretendo gustar pero me sale mal, al final me quieren. Adoro que el tiempo me dé la razón, lo que hace casi siempre.

Y ya tengo sesenta años. Lo que me indica que ha empezado mi cuenta atrás y debo poner las cosas en orden, pocas, ya que voy ligero de equipaje. Soy totalmente nuevo en este mundillo de Internet que siempre he deplorado, me están ayudando a lanzar este libro por este medio porque el tradicional, como mi tiempo, se ha ido al garete. Procuraré aprender rápido para poder comunicarme con vosotros, aunque sea por este medio, porque me encanta charlar con personas de todo tipo y también hacer si se tercia, de consultor para los más jóvenes o coetáneos menos vividos.

Os espero.

Rafael Jiménez