Permitidme que me ría
largo y tendido,ja,ja,ja,ja y ja. Me parto con esto de las dietas, veamos por qué.
Hay dos planteamientos
básicos para no engordar y que todos sabemos:
No comer y hacer ejercicio, o sea quemar las grasas.
No comer y hacer ejercicio, o sea quemar las grasas.
Desde luego excluyo a los obesos
por cualquier tipo de desviación hormonal y no obstante al tanto de lo que voy
a decir.
Siempre pongo el mismo
ejemplo burro y perdonadme por la compa-ración: De los campos de exterminio nazi
no salió ni un gordo y seguro que entró más de uno entradito en carnes. Pero
bueno tampoco conviene exagerar. Pero lo primero que tenemos que conseguir es mentalizarnos de nuestra situación, de por qué engordamos.
Haz lo siguiente desde que
te levantes hasta que te acuestes: Cada vez que te comas algo, deja encima de
la mesa otro igual. Si te has comido algo de lo que no hay más pon un trozo de
pan –por ejemplo- del mismo tamaño.
¿Un café
con leche?, pues pon un vaso de agua con el mismo contenido, ¿una madalena?,
deja otra en la mesa –no me hagas trampas-. Es importante que las cantidades
dejadas sean similares a las que te hayas comido. Si pesaras todo lo que te
comes ya sería “la leche”. ¡Eh!, esa galleta… deja otra en la mesa. El agua por el contrario no cuenta y sin embargo nos rebaja algo.
Y al final del día el
resultado del porqué de tu gordura. ¿Asustado por la cantidad de comida que has
ido dejando en la mesa a lo largo del día?. Pues ahora viene lo peor: pésalo,
sin platos, tazas ni vasos claro. Y si el resultado es superior a: 500 grs. si
eres mujer normal o varón menudo y 650 grs. si eres varón normal o 700 si eres fornido… ahí tienes el porqué de tus males.
Todo lo que excede de eso
es lo que te engorda. Esto solo es válido para vidas tranquilas, ni para amas de casa que además trabajan fuera, ni para los descar-gadores. Este método, apa-rentemente simplista te
hará recular muchas veces de comerte algo con tal de no tener que poner otro en
la mesa y pesarlo al final del día, te corta muchísimo.
Esto lo popularicé en
el barrio que viví 20 años y los agradecimientos, sobre todo por parte de las
señoras fue clamoroso. Aplícatelo y ten en cuenta que lo que excedas de eso te
costará andar media hora por cada 50 grs. que te excediste. Tú eliges.
El problema básico es el exceso de proteínas animales que contienen las grasas que nos engordan y eso no ocurre con las defenestradas legumbres que tienen las mismas proteínas pero sin grasas. Pero claro, es muy latoso hacerse unas judías, unas lentejas o un cocido. Un filete se fríe en cinco minutos. Pagamos por nuestra pereza, no solo en salud, también en dinero.
En cualquier caso lo primero es asumir tu naturaleza. No todos podemos parecer modelos o artistas. Deja esas ideas a los niños, tú ya no lo eres y hay que contentarse con lo que hay, sin caer en la dejadez.
En cualquier caso lo primero es asumir tu naturaleza. No todos podemos parecer modelos o artistas. Deja esas ideas a los niños, tú ya no lo eres y hay que contentarse con lo que hay, sin caer en la dejadez.
También tienes los
sistemas de moda, esas dietas feroces, a veces envueltas con aspecto de
inocencia y que lo único que acaban sirviendo es para volver loco a tu cuerpo,
a base de quitarte las grasas, inflarte a vegetales como si fuéramos rumiantes,
o “disociar” los alimentos. ¿Qué a ti te ha funcionado?, felicidades. Los
milagros existen. ¿Sin efectos secundarios?, eso no me lo creo. ¿Qué no has
recuperado lo que perdiste? Me lo creo menos.
Recuerda, de Mathausen no salió ni un gordo. No comer, desgastar. No hay otra.
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Rafael
Jiménez
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