Esta tierra, que parece no querer a nadie fue de alguna manera siempre así, tradicionalmente semi vacía, tuvo que ser invadida una y otra vez para ver de rellenar un poco comarcas enteras despobladas. Todos los gobernantes desde el siglo X se las han visto y deseado para poner en pie una Nación que no quería serlo.
Bárbaros entre los bárbaros, malamente nos dejamos educar por los fenicios, cartagineses, griegos, romanos, godos –algo menos burros que nosotros- y finalmente los árabes. Decía antes que esta es la segunda o tercera emigración si tenemos en cuenta la forzada de los judíos con el edicto de expulsión de los Reyes Católicos -la pragmática del 14 de Febrero de 1502, menos mal que no se había inventado "el día de los enamorados- y el posterior de los moriscos de 1609-14, forzada porque les echamos a pesar de llevar aquí setecientos años y a costa de quedarnos sin labriegos, comerciantes, artesanos y cualquier otra cosa que produjera beneficios para el País. Los cultos los primeros que largamos…y a volver a empezar de cero.
El último en repoblar comarcas enteras vacías fue Franco, inventándose los pueblos de colonización -hizo mas de 125- por toda España. Por cierto magnífico invento que habría que repetir hoy. Y hablo con conocimiento de causa pues yo visitaba uno por uno los de Extremadura, Toledo y Ciudad Real, hace cuarenta años de mano del Ministerio de Agricultura. Todos tenían un nombre propio y después la coletilla "del caudillo" - por ejemplo: Guadiana del Caudillo-. Hoy no creo que ninguno conserve "su apellido", no conviene recordar a su promotor porque se ha vuelto "incómodo", a ésta sociedad actual que incompren-siblemente se cree mejor.
La diferencia de ésta huida en masa con respecto a la de los años sesenta es que en esa, emigraron personas sin cualificación, mano de obra barata para países en desarrollo y sin embargo la de ahora es igual a las de 1492 y 1609, nos estamos desprendiendo de los “cultos”, de nuestros hijos bien formados. Y vamos a repetir la historia… a volver a empezar.
Porque la diferencia entre ambas emigraciones es que en ésta no va a mandar nadie ni un duro a España porque no dejan familia que alimentar como en los sesenta y esos dineros que mandaban fueron, durante largos años, la principal fuente de ingresos de este pobre País y con ello se produjo “el milagro Español”, puentes, industrialización, carreteras, PANTANOS –sí con mayúsculas- que nos permitió con sus saltos de agua ser un súper productor de electricidad que exportábamos a Francia.
Sí amigos, olvidar la historia “buena” nos condena a repetir “la mala”. Esta vez estamos vendiendo nuestro futuro por un plato de lentejas pero con gusano. Y todo esto se me ha ocurrido viendo desde dónde me estáis leyendo, aparte de los países de habla hispana –Sudamérica y EE.UU- que lo veo normal, desde países tan exóticos o lejanos como:Vietnam Mozambique, Canadá, Rusia…O sea, evidentemente compatriotas afincados allí. Compatriotas desde hoy ampliado por mi yerno Daniel -ingeniero él- que en estos momentos está volando hacia Melbourne -Australia-, porque aquí no hay manera. Suerte hijo.
Gracias, españoles por el mundo por leerme, escribidme también, por favor. Mi corazón está con vosotros.
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Rafael Jiménez
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