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lunes, 17 de diciembre de 2012

LA ENVIDIA. LOS SIETE PECADOS CAPITALES. V DE VII+1



La envidia es el deseo insano de lo que no tenemos o más concretamente de lo que tienen los demás. La envidia es en sí un larvado complejo de inferioridad tremendo.
Todos envidiamos algo de lo que nos rodea pero envidiar a alguien de manera obsesiva o todo lo que tienen los demás te convierte automáticamente en envidioso.

No es un asunto baladí, por envidia se es capaz de mentir en alguna nimiedad pero también de dar un falso testimonio en algún asunto de importancia. El envidioso es capaz de difamar a alguien, arruinando su honorabilidad o su prestigio. "Difama que algo queda", este podría ser el lema del envidioso.
El envidioso es avaro de entrega, de amor hacia los demás. El envidioso es egocentrista, que es otra cara de la soberbia. El envidioso sufre más por lo que tienen los demás que por lo que le falte a él.

La envidia junto a la soberbia son las que más delitos producen. Bíblicamente recordamos los sucesos de la venta de José, hijo de Jacob por sus propios hermanos y  el asesinato de Abél por parte de su hermano Caín. La envidia produce un odio reconcentrado en la persona envidiada, deseándole todo mal y si no funciona, propiciándoselo.

Todos hemos oído ponerse verde de envidia y eso tiene un principio real, lo que no sé es desde cuando se hace esa asociación. Porque es cierto que el sentimiento de envidia altera el hígado y provoca que la glándula biliar -asociado a él- produzca la bilis, que es de color verde. Después el imaginario popular lo aumenta a que toda la persona afectada se vuelva de ese color. El rojo de la ira es más evidente por la subida de tensión que produce y nos lleva toda la sangre a la cara. El ponerse morado por comer mucho, por efecto similar, haciendo que se nos acumule la sangre hasta un tono cárdeno.

A veces decimos que tenemos envidia sana de alguien, ¡qué falacia!, la envidia jamás puede ser sana porque lo que queremos decir es que nos cambiaríamos por ese alguien. Es como decir que la mató por amor.

La rivalidad es envidia, la emulación también. Desear a  la pareja de otro es en el fondo envidia. Aceptar esa relación se hace por rivalidad y por emulación. Sé caritativo, no hace falta quitarle la pareja a otro, la usas un poco, se la devuelves y aquí no ha pasado nada.

Yo envidio a los EE.UU, su riqueza, poderío y patriotísmo. Pero lo hago por emulación a nosotros mismos de cuando fuimos un Imperio. Nosotros globalizamos el mundo hace 500 años. En ninguna parte de la historia, antigua ni actual, se han aunado bajo la misma bandera tantas razas, lenguas y territorios. Ya no lo sabemos, lo hemos olvidado porque nuestros sucesivos gobiernos no nos lo han enseñado adecuadamente, siempre nos faltó patriotismo.
Dimos la mejor lengua al mundo y mantuvimos a raya al enemigo común: El Islam, impidiendo que se apoderara de Europa, hecho que ésta ha olvidado y nunca nos agradeció.

Sin embargo muchos siglos después hemos ¿entrado? en Europa por la puerta pequeña, como el hermano pobre pero algunos tenemos la memoria fresca: Que nosotros hicimos Europa y el mundo.
Sí, me confieso, envidio a los USA aunque no nos lleguen, históricamente hablando, ni al zapato.

RECUERDA: CONTRA LA ENVIDIA, CARIDAD. SU DEMONIO ASOCIADO LEVIATÁN (que significa: Torbellino) Y SU OPONENTE EL ARCÁNGEL CHAMUÉL o SAMUÉL (su nombre significa: El que ve a Dios.
Rafaél Jiménez

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