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miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA GULA. LOS SIETE PECADOS CAPITALES. VI DE VII+1


La gula -del latín gluttire, de ahí el deglutir nuestro- es mi segundo gran pecado, me comería hasta la gula misma. Si seré guloso que ahora mismo tengo el diente central de abajo fastidiado y me duele muchísimo... pero sigo comiendo sin parar todo el día.
Dicen los de la mente que eso es un síntoma de estrés, el mismo que a los no glotones les cierra el estómago y no me comen nada. Pero a ellos no les llamarán hambrones como a mí.
Me parece mosqueante el significado del nombre del demonio asociado, Belcebú -príncipe de las moscas- ¿Es que los gulosos somos un montón de mierda?. Desde luego somos los mayores productores, aunque espero que solo sea fisiológicamente hablando y no desde el aspecto espiritual. Aunque... tratando de ser legal conmigo mismo debo decir que comer en demasía embrutece, te vuelve abúlico.

Desde el punto de vista fisiológico el exceso de grasa en la sangre la espesa y nos vuelve torpes de reflejos, no está tan claro si ralentiza también el pensamiento. Y está el tema del colesterol, pero hasta eso defiendo ya que el mio es de cinco estrellas, no de panceta y tocino cualquiera. Pero echando la vista atrás pocos sabios gordos ha habido. Desde el punto de vista que tratamos aquí, ser un tragón presupone una falta de fuerza de voluntad tremenda. Es una debilidad más.

Como todos los pecadazos están interconectados, éste va unido a la pereza y la mayor parte de las veces a la lujuria. Comer y joder van intrínsicamente unidos como el café a la leche, el político a la corrupción y las mujeres y yo. ¡A ver quién me parte estos binomios!, que en mi caso son además mis deportes preferidos.

No tengo claro si soy comilón sin más o soy un gourmand, un sibarita bien curtido en esas lides. No sé si a mi me hace el hábito monje, o si por ser monje me pongo el hábito de comer, pero me encanta. No soy exigente, como de todo: lo mismo me gustan las hamburguesas de McDonald, los restaurantes chinos, un bocata de mortadela -de la buena, eso sí, jajaja- que me deshago con cualquier delicatessen de nada, como los cangrejos rusos Chatka -etiqueta negra 100% carne- a 35 Euros la lata de doscientos gramos, paté de oca -el de Martiko, Nacional, está glorioso a 60 Euros kilo- y el caviar de Malossol, variedad Beluga -mejor que las Sevruga u Osetra- a pesar de los 80 Euros que te soplan por la latíta mínima de 15 grs. Y pensar que aquí, en España producíamos caviar en el Guadalquivir hace unos ochenta años... no nos costaría tan caro hoy, supongo. Lo de las an-gulas seguramente porque ya lo indica su propio nombre, sencillamente me vuelven loco, pero a 700 Euros el kilo...¡aarrg! ( y eso que están a la mitad que el año pasado)

¿Y las trufas?, cualquier carne con ellas o unos simples huevos fritos con unas limaduras de trufa, pero a 1000 Euros el Kilo (perdón me está dando una taquicardia). No confundid con la mal llamada "trufa" Melanosporum, eso es una patata y cuesta una tarrina con una, unos 5 euros. No, no es igual. Es como lo del jamón (blanco a unos 20 euros el kilo) y el jamón "pata negra" a 150 euros kilo. Uno de los dos no debería llamarse jamón.

Y  lo completo con champagne, claro, de Dom Perignon, claro. Pero a 150 Euros la botella. De postre un vinito blanco dulce: Chateau D´Yquem a 700 Euros -sí, setecientos, no es un error-  la botella de 750 cls. (claro que lo hacen con pasas, gota a gota)-, con unos dulces llamados "pezones de monja" que no son muy caros, pero el viaje a Viena para conseguirlos sí.

Así no hay gula que resista, mejor dicho así no hay bolsillo que resista a esta gula. (Perdonadme un par de minutos, que me voy a picar algo...)

Bueno, pongámonos serios. A ver repetid conmigo: la gula es mala, la gula es mala, la gula es... UNA PASADA, ¡leches! Si hasta un trozo de queso de ese viejo en aceite está genial con un vaso de vino tinto -eso sí, un reserva de La Rioja- están buenísimos, así en su simpleza. Y además recordemos el refrán: "Con pan, queso y vino, se anda el camino". ¿Que no era así el refrán?  La gula ciega mis ojos    -ponedle música, anda-.

A ver otro intento, ¡seriedad señores!, el asunto no es nimio, ni mucho menos. "De grandes cenas están las tumbas llenas", este refrán sí es así y no miente. Los tragones tenemos un pie allí por este cometido y moriríamos en pecado mortal, por estar ejerciendo uno de los siete capitales. Pero Señor, es tan difícil ser frugal. Hasta Solón de Atenas ya nos reconvenía hace más de dos mil quinientos años con su frase: "Nada con exceso", claro él era uno de los famosos siete sabios de Grecia y un asceta de los de no te menees y así cualquiera. Y yo no soy ninguna de las dos cosas y ahora mismo me voy a comer unos trozos de turrón, que para eso es Navidad.

RECUERDA: CONTRA LA GULA, TEMPLANZA. SU DEMONIO ASOCIADO BELCEBÚ (que significa: Príncipe de las moscas) Y SU OPONENTE EL ARCÁNGEL URIÉL (su nombre significa: El fuego de Dios).
Rafaél Jiménez

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